Autocensura Vs. Calentura

Cuando sos un nene, jamás pensas en la adolescencia, siempre pensas en transformarte en n adulto de la noche a la mañana. Yo creo que por algo a esa edad queremos evitar la etapa intermedia.
El comienzo de la adolescencia implica cambios hormonales; físicos y emocionales.
También pensé, que algún día aquel cuerpo de nena, algún día iba a sufrir el proceso de metamorfosis, y que ese día no iba demorar mucho tiempo.
Pero yo, en mi pre-adolescencia, era muy observadora y critica. Ya por ese entonces predije lo que podía venir más adelante.
En ese razonamiento, también pensé: “y suponiendo que el día de mañana yo este ‘buena’, alguien realmente me amara, o solo me querrán del cuello para abajo?”. Cerré los ojos y pensé qué en mi estaba la decisión de cambiar, sea para bien como para mal, yo debía valer como mujer el día de mañana.
Cierto día, mientras estaba en la escuela, observaba como mis compañeras “inteligentes” se volvían “tontas” antes uno o varios chicos.
Al llegar a casa, mire la biblioteca, trague saliva, y mordí mis labios. Por dentro no quería renunciar a mi cordura, a todo aquello que era, y me aferre a mi pequeña locura de “no sentir”.
Y también recuerdo, que todos los veranos, en vez de salir a “mostrarme” como mercadería, prefería quedarme en casa leyendo o viendo otro capítulo más de la serie “Cosmos, de Carl Sagan”.
Cada vez, que pasaba otro año, continúe religiosamente atada a mi estilo de vida. Me perfecciones, y me instruí hasta intente hacerme un CD con todo tipo de documentación “emergente” para leer antes que desperdiciar el tiempo en “calentarme” con un tipo.
… ya habían llegado los 17… y desde la ventana del living me quede en baba cuando había visto al plantel de un equipo de futbol entrenando. Y toda aquella concentración por un texto budista se fue al demonio.
Y que si bien, las hormonas me han “beneficiado” en varios aspectos, y me han castigados en otros, hoy puedo decir que esa pulseada que tuve entre la autocensura y  mis hormonas me resulto beneficiosa. Hoy puedo asegurar que los hombres que conozco han admirado y mucho, mi forma de pensar y ser. Sin importar como este vestida.