En medio de la música, el humo, los desconocidos y las
botellas de alcohol... estaba yo. Alli, en la pista, atrapada en manos
de un tipo que no paraba de cantarme al oido lo que le dictaba las
canciones que pasaba el DJ.
Respire tratando de mantener la calma, lo mantuve a
distancia y al silencio. Sus manos empezaban a explorarme; bajaban y
subían tan rápido que convertía a una 'persona' en 'cosa'. Devoraba el
alma de cualquier mujer, se consumia en la propia llama de su deseo...
El latido de mi corazon se alentecio,
las agujas del segundometro se clavaron en el tiempo... y el silencio...
ese silencio tan cruel como inocente. Me dejo llevar por el momento
hasta recostarme sobre su hombro... aferrandome con una violencia que
desconocia en la mayor cordura de mi conciencia.
Por primera vez en mi vida, senti miedo. Senti ese
cosquilleo, senti lo peor que le puede pasar a una mujer... tener miedo a
quedar sola. Completamente sola... y alli es donde la fria flecha de
plomo atraviesa mi corazón, en donde el alma de Defne sale del
inframundo, y se canaliza en mi ser.
Dafne, tan salvaje como
inocente huye de Apolo, para refugiarse en el bosque, en donde le ruega a
su padre jamas ser "penetrada" por ningun hombre. En su desconsolado
llanto, en el sacrificio mas doloroso de su padre, Dafne se vuelve hojas
y ramas de laurel hasta fusionarse con la desesperacion de Apolo por
poseerla, donde su delicado cuerpo se convierte en un juego de arco y
flechas.
Aquella ninfa sedienta de justicia, se apodero de mi ser
con un inmensa locura que no supe como controlar. De golpe me senti
una gladiadora que echaba una moneda: libertad o muerte. La arena es la
pista de baile, las bestia era 'el flaco' que queria "acortejarme", los
espectadores son los amigos de la bestia a la espera de su jugada.
Tome
mi escudo y mi espada, y le di batalla. Al ritmo de sus mentiras y
chamullos, camine erguida con orgullo y desprecio, sujetando mi escudo
lo bloquee... sali de esa situacion, hasta que retomo con mayor fuerza.
Senti el desconcierto del flaco cuando le dije que me tenia que ir a
casa. Golpes bajos, palabras sucias, mentiras sobre mentiras,
construcción de una realidad hecha a medida.
Sobre la arena; me encuentro a un niño asustado que se
convierte en un moustro con un insaciable ego. Trate de buscar fuerzas y un poco de mi adormecido criterio de orientacion, para salir del boliche.
Luego, el "Machito de
cuarta" sacude sus juego de llaves "Te alcanzo con el auto", en mi boca
senti ese asqueroso gusto metalizado, tome mi espada y apuñale su
orgullo. "Sabes que? No lo necesito" murmure entre dientes.
Huyo.
Principios de principios, final de finales, luz... al otro lado de la puerta del boliche.
¡Fin del juego! ¡Libertad!
Ok, eso creia...
Un nuevo fin de semana, otra nueva noche de musica y alcohol... y un ebrio pelotudo intentando de "chamullarme", tratando de hacerse "el que entiende de sistemas".. Topico de la conversacion: "¿Bill Gates, genio o chorro?".
En esas convesaciones que solo yo y mi cabeza nos entendemos; "pibe, sabes prefectamente que 'asi no vas a coger'...".
Pese a sus esfuerzos, "grandes esfuerzos por levantarsela"... Decidi bloquearlo de una forma elegante.
El, como buen "machito de cuarta", se junta con sus amigotes, y le dice 'todo lo que hizo con ella'. Siento aquella flecha de plomo, hundirse mas y mas, en mi corazon...
"¡Hola, Darwin! Estuve pensándolo bien, pero creo que la especie humana se termina conmigo!"
Las horas de la fiesta cuentan en regresivo, salgo para la foto final, saludo a los novios... y antes del carnaval carioca, y de la promesa de un muy desesperado soltero ebrio, huyo.
Final de finales, principios de principios... he aqui, el alma solitaria de Dafne canalizado en mi cuerpo.
Huyendo. Perdiendose en el presente. Fundiendose con el silencio.
Sumemos una tercera noche, fiesta de fin de año del laburo. Uno de mis compañeros, en un estado de dudosa sobriedad, confesando su amor hacia mi. acercandose peligrosamente a mis labios, acariciando suavemente mis hombros y mis brazos. Para ponerle un poco de emocion a la cosa, el señor esta casado.
He me aqui, nuevamente, huyendo.
Hay algo en mi triste mirada, que no he podido sacar con los años. Creo, (y espero estar muy equivocada) que debo ser una persona destinada a estar sola.
Un poco de costumbre, un poco de temor.
No es por desmerecer la compañia de los centenares de hombres que han aparecido en mi vida, pero siento que mi ser no pertenece a nada, ni a nadie.
Me siento dueña de mis decisiones (buenas o pesimas), de mis tiempos, de mis pensamientos, y de mis silencios.
Siento el plomo, que se van fundiendo en mi cuerpo. Ahora el es parte de mi, y yo lo siento propio. Si, me he convertido en aquella ninfa, y aunque parezca una locura, tampoco tengo intenciones de querer cambiar.
Dafne y yo compartimos un poco de locura, y otro poco de cordura. Un poco de tristeza, y otro poco de satisfaccion porque no es facil aceptar lo que pensamos.
Pienso que hay un poco de sabiduria en una huida, y por sobre todo, en saber decir un "no" a tiempo.