El banco de suplentes

En el secundario tenía unpequeño grupo de chicas con las que más me juntaba (Karina y Sofía), entre las3 nos ayudábamos mutuamente con temas de exámenes, trabajos prácticos y metodologíade trato con ciertos profesores.

Sofía era una de esaschicas que ningún hombre le podía sacar el ojo de encima tanto física comointelectualmente. Era una chica que se mostraba muy angelical, era atractiva, simpática,inteligente, educada, y además de sus atributos delanteros. Ese loco error queresaltaba cada vez que podía, de meterse en una escuela técnica, en vez deestudiar para ser bioquímica. Y medio colegio estaba en baba por ella, la otramitad se animaba para invitarla a salir.

Sofía era una piba que teníaun lado angelical que se contradecía a media que la conocías. Si un tipo no leiba, o el novio lo aburría, ella se iba. No sufría ni media lagrima producidapor una cebolla. Ella agarraba, se daba media vuelta y los dejaba.

Recuerdo, no sé si acomienzos de 2º año, estaba de novia con un chico llamado Iván. Jamás en mivida conocí a un tipo tan agradable como él, no tenía ni una uña de malapersona. Sofía, le dio una carta hablando maravillas de el… expresando su locoamor que sentía por él, y la necesidad que tenia de estar junto a él toda lavida (le había incluso mencionado la proyección de tener hijos con él). Lehablaba de muchas cosas, que cualquier ser humano de carne, sangre y huesos se sentiría“tocado”, porque ella era una extraordinaria poeta para esas cosas.

A los 3 días, Sofía rompiócon el abruptamente. Iván muy confundido, salió a hablar con Karina, parapreguntarle que le estaba pasando para que tomara una decisión tan drástica enun plazo tan corto. La cara de Karina, no la dibuja ni Leonardo Da Vinci de la vergüenzaajena que sentía por la reacción de Sofía. No sabía dónde meter la cabeza.

Al poco tiempo, Karina lepara el carro y le pregunta qué es lo que le pasa por la cabeza para hacersemejante “forreada” a Iván. Y Sofía salta al grito lo puse en el “banco desuplentes”, y siguió explicando, “Cuando un tipo me aburre, o me cansa, o se levienen los humos a la cabeza, o empieza a ponerse pesado, lo siento en el bancode suplentes. Es fácil.”

Las caras de nosotrasdos, no tenia nombre. Quizás por que nosotras teníamos otro tipo de código ético-moralcon las personas. O porque teníamos mucho apego afectivo a su ex novio.

Sofía era una de esaspersonas que tenía todo servido para cambiar de novio con mucha facilidad. Rompía,volvía, rompía de vuelta, salía con 2 o 3 a la vez, formalizaba, los plantaba, sedivertía, besaba pero no se “enganchaba” afectivamente a ningún tipo, teniapareja, la soltaba, en otras palabras, ella jugaba a lo que quería con ellos.

Hemos visto pasar más “novios”y/o “pretendientes” en sus manos, que ropa. Ella hacia su juego, no perdíanunca, veía el final y ella cortaba. Nunca la vimos en un duelo fatal, o muytriste por alguien. Ella no sufría por nada ni nadie. Por momentos creíamos queera como una heladera... ¿Qué heladera?, un freezer. Con un dedo movía la piezaque quería y lo ponía en el lugar que “le correspondía”. “¡Se lo merece, el esmuy inmaduro, así no me debe tratar!”, decía mientras se metia un chicle dementa en la boca. Mientras Karina mediaba con otro chico un poco más “incivilizado.“Pero nena, la próxima vez, no me metas más en el medio”.

Entre Karina y yo, le habíamospuesto un sobrenombre, Loca. Tanto le gusto, que lo adapto, y se re bautizocomo “la 22”.

Por medio de mensajes en lápizel banco, ella se hablaba con un chico de mi división. Si bien solo se conocíanpor sus sobrenombres, yo le revele la identidad de él.

Intercambiaron número,ella estaba entusiasmada, lo quería conocer. Yo le advertía. “mira que estetipo a mi no me cae muy bien que digamos, no es muy buena persona”. Pero ellaignoro mi advertencia, y salió con el… bue… él la dejo plantada. Y por primeravez, la sentimos “tocada” de verdad.

Ella lo ignora por muchotiempo. El tipo la persigue buscándola, haciendo todo tipo de cosas parallamarle la atención. A principios de 3º año, ya eran novios.

“Pero Karina, no puedeser que estos estén juntos. No era que no lo quería ver más”, le reclamaba.

A lo que ella me respondecon una pequeña sabiduría: “Ella es loca, y ambos son locos. Son una parejaperfecta”. Me sonreía para agregarme, “Déjalos, así son felices, que hagan loque quieran”. Aunque yo sabía por dentro que Karina no estaba del todo contentapor la decisión que tomo, ya no quería seguir peleando con ella por susactitudes. Eran felices y estaban enamorados, que mal le podíamos desear…

Pasaron los años… y Facebook,nos reunió. Sofía después de 3 años y monedas de amor, le dio una patada en elmedio del culo, y lo mando a volar sin compasión. Ambos, a pocos meses determinada la relación, ambos ya tienen pareja estable.

Ella le sigue escribiendocosas al nuevo “jugador”, se saca fotos, habla de él en todo momento.

Ahora, un poco más grandey sabia, si bien esta loca creo que un poco de razón tenía. Cuando hay unapersona cuyas actitudes no te gustan, se descartan, la vida continua. La vidase construye con la mayoría de buenos momentos, no vinimos al mundo para sufrirpor gente que nos hace mal. No hay que quedarse en detalles tristes o nostálgicos,hay que avanzar. Mierda… como una pequeña historia, te enseña sobre grandesvalores que te sirven para toda la vida.